miércoles, 9 de noviembre de 2011

Me pregunto

¿Cuando voy a madurar? Se que vivimos en un constante cambio, que cada segundo marca algo nuevo en nuestras vidas, pero siento que no es un cambio lo que yo sufrí, siento que fue una pérdida (y va más allá de lo terrenal). Siento que, en cierto punto, perdí mi esencia, lo que me caracterizaba, lo que sentía que me hacía diferente al resto. Ahora soy una adolescente más que piensa constantemente en desaparecer de este mundo y en que todos están en contra de uno. Soy la típica pendeja histérica que no se banca un chiste ni es capaz de captar el sarcasmo en la voz de nadie.
Es más fuerte que yo. No puedo ir en contra de ese sentimiento que me visita cuando me levanto, en contra de esa pregunta que se formula en mi cabeza... "¿Qué hago todavía acá?"
Y es el miedo a mostrarme como soy, que es cada vez más grande, más aterrador. Por eso ya ni me gasto en hablar tan libremente, por eso ya no me gasto en mostrar lo que se que me hace diferente.
Y también es la vergüenza que siento por mi misma, es el dolor de saber que soy tan inferior al resto, que soy una más, que no puedo ser especial para los demás, para mi. Soy egoísta, solo quiero sobresaltar, pensar en eso es lo que me hace callar. 
Es cuando las miro a ellas que siento la necesidad de ser yo, de volver a hablar como antes, de sacar una sonrisa de quién sabe donde y poderlas ayudar. Siento la necesidad de ir a la par de ellas pero me tiro para atrás... porque siento que no soy ni la mitad de lo que son ellas.
Es cuando lo miro a él, que se empeña en hacerme sonreír y en hacerme crecer, que me siento peor aún. No paro de defraudarlo, no paro de agobiarlo. Con lo que me gusta escucharlo hablar, con lo que me gusta que se muestre como es. Cierro la boca y me abstengo de comentar, tengo miedo de lo que pueda llegar a pensar, que se de cuenta de mi medocridad, que se aburra una vez más (Cuanto dolor me da saber que no puedo hacerlo sentir orgulloso).
Es cuando los miro a ellos, el uno para el otro, que me doy cuenta de que si ansío eso. Pero me entierro en el estar sola, en no imaginarme el cuento. No me siento buena para nadie, se que no soy buena para nadie. Sola, me siento sola esos días en los que recuerdo ese tipo de abrazos, ese tipo de charlas... sola.
Y quiero crecer y poder olvidar esto, o aunque sea sentirme al nivel del resto. Quiero hablar y que alguien me escuche. Quiero que me hablen y que se den cuenta de que entiendo, que puedo contestar, que no soy una idiota sin remedio.
Quiero sentir que valgo algo, que hay alguien que piensa en mi y tiene buenos recuerdos.
Quiero salir con ellas y sentirme una más.
Quiero que el sonría y demostrarle que lo puedo lograr.
Quiero poder hacerle bien a alguien más.
Son tantas cosas las que quiero que todavía me olvido de madurar.
Y es tanto el miedo que me rodea que no se si quiero volverme a levantar.


Es ver el sol de noche y replantearme la existencia. Observar al ser humano en toda su decadencia. Darme cuenta que soy una más, una más que cae y que no se anima a remontar.

1 comentario:

  1. Hola, concisas y precisas letras van desnudando sigilosamente la germinal pureza artística de este blog, si te va la palabra encadenada, la poesía, te espero en el mio,será un placer,es,
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    gracias, pasa buen día, besos truhanes..

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